Groupon, Groupalia, Letsbonus... el boom que han supuesto las compras colectivas por cupón no sólo han generado un sinfín de sites que ofrecen esta modalidad de compra a los consumidores ávidos de comprar a descuentos del 70% (un buen slogan, aunque, la mayoría de los descuentos no pase del 50%), sino una demanda emergente tanto de clientes como de establecimientos que solicitan estos servicios (a la postre, los verdaderos clientes de estas startups).
Más allá de que este modelo de negocio no es en absoluto innovador, sí es un buen ejemplo de marketing online, de reinventar la fórmula para adecuarla a los nuevos tiempos, a los nuevos canales y a las nuevas exigencias de la demanda. La penetración cada vez mayor de Internet en la vida de las personas ha popularizado este género, pero no es el único, ni mucho menos el principal culpable. La historia vuelve a enseñarnos que es cíclica y que tan sólo cambian las circunstancias y el modelo, pero no los hechos en sí. El mismo collar, distinto perro.
Hay que remontarse a 1887 para encontrar el primer ejemplo de cupones descuento, entonces, el medio no era Internet, sino los periódicos locales, muy populares en Estados Unidos. Asa Griggs Candler, un empresario farmacéutico estadounidense compró por un puñado de dólares (2.300 $ de la época, que supusieron una buena fortuna a su inventor, John Pemberton) la fórmula de una sabrosa y dulce bebida refrescante que dió a conocer como Coca-Cola.
Candler tenía muy claro que el éxito no estaba en el producto, sino en su comercialización, por lo que ideó una agresiva estrategia comercial en la que invirtió fuertes sumas de dinero. Una de aquellas estrategias para aumentar las ventas de su refresco era publicitar en distintos periódicos del país cupones canjeables para conseguir vasos en los que tomarse una rica y fresca Coca-Cola.
La fórmula se mejoró en 1909, cuando el inventor de los desayunos con cereales C.W. Post anunciaba cupones descuento para ahorrar 1 céntimo de dólar en la compra de sus productos. Hasta entonces, estas estratégicas de márketing eran más acciones de unos locos acaudalados que decían ser unos adelantados a su tiempo. El pequeño músculo empresarial norteamericano aún no tenía la fuerza suficiente como para hacer sostenibles sus negocios con semejantes gastos publicitarios y reducciones de márgenes. Hasta 1930.
Tras los boyantes 10's - 20's, Estados Unidos comenzaba a vislumbrar la potencia económica que podía llegar a ser, pero el crack de 1929 lo frenó en seco. La Gran Depresión popularizó este tipo de descuentos, a los que ahora se veían casi obligados a recurrir los empresarios para sostener la demanda de sus productos.
Transcurrieron los años 40's y 50's y estas estrategias sumaron adeptos entre la industria norteamericana y los cupones se hicieron algo cuasi inherente a la forma de vida de las familias americanas. Hasta la llegada de Internet. En 1990 los consumidores pudieron descargar sus cupones a través de websites como www.fabuloussavings.com, aún hoy activa con su modelo de negocio intacto. En 2008 una nueva vuelta de tuerca a la historia del márketing hizo surgir en la mente de un joven de Pittsburgh, Andrew Mason, quien juntó en Groupon las fórmulas de Candler, Post y fabuloussavings.com, es decir, descuentos en Internet para el consumo en masa como forma de aumentar las ventas de un producto o servicio. El éxito de su idea estaba seguro y para su fortuna llegó la quiebra de Lehman Brothers y la segunda gran crisis que el mundo moderno ha conocido. La historia se repite nuevamente, por tanto, que a nadie le extrañe ver en los próximos años como todo tipo de empresas se suman al carro de promocionar sus descuentos (con cupones o cualquier otra fórmula) para sostener sus ventas. Cosas de la historia.
La fórmula se mejoró en 1909, cuando el inventor de los desayunos con cereales C.W. Post anunciaba cupones descuento para ahorrar 1 céntimo de dólar en la compra de sus productos. Hasta entonces, estas estratégicas de márketing eran más acciones de unos locos acaudalados que decían ser unos adelantados a su tiempo. El pequeño músculo empresarial norteamericano aún no tenía la fuerza suficiente como para hacer sostenibles sus negocios con semejantes gastos publicitarios y reducciones de márgenes. Hasta 1930.
Tras los boyantes 10's - 20's, Estados Unidos comenzaba a vislumbrar la potencia económica que podía llegar a ser, pero el crack de 1929 lo frenó en seco. La Gran Depresión popularizó este tipo de descuentos, a los que ahora se veían casi obligados a recurrir los empresarios para sostener la demanda de sus productos.
Transcurrieron los años 40's y 50's y estas estrategias sumaron adeptos entre la industria norteamericana y los cupones se hicieron algo cuasi inherente a la forma de vida de las familias americanas. Hasta la llegada de Internet. En 1990 los consumidores pudieron descargar sus cupones a través de websites como www.fabuloussavings.com, aún hoy activa con su modelo de negocio intacto. En 2008 una nueva vuelta de tuerca a la historia del márketing hizo surgir en la mente de un joven de Pittsburgh, Andrew Mason, quien juntó en Groupon las fórmulas de Candler, Post y fabuloussavings.com, es decir, descuentos en Internet para el consumo en masa como forma de aumentar las ventas de un producto o servicio. El éxito de su idea estaba seguro y para su fortuna llegó la quiebra de Lehman Brothers y la segunda gran crisis que el mundo moderno ha conocido. La historia se repite nuevamente, por tanto, que a nadie le extrañe ver en los próximos años como todo tipo de empresas se suman al carro de promocionar sus descuentos (con cupones o cualquier otra fórmula) para sostener sus ventas. Cosas de la historia.